LECCIONES APRENDIDAS EN EL PRIMER AÑO DEL PROYECTO TREAT&USE

En los últimos meses, los socios de TREAT&USE nos hemos dedicado a evaluar el trabajo del primer año de proyecto y sacar conclusiones para la próxima campaña. La primera etapa de TREAT&USE ha estado enfocada en el diseño, instalación y funcionamiento de la tecnología. Los resultados han sido muy satisfactorios. Cabe destacar la producción de un efluente de alta calidad que cumple con los requerimientos legales que marca el Real Decreto de Reutilización de Aguas (RD 1620/2007). Con este efluente hemos provisto de agua y nutrientes a un campo de tomates de 3.000 metros cuadrados. Sin embargo, no ha sido un año exento de dificultades, y hemos de aprender de nuestra experiencia previa para mejorar los resultados en esta nueva temporada.

Los tomates se plantaron en un terreno urbano que no estaba habilitado para la agricultura. La mala calidad del suelo tuvo como consecuencia un desarrollo radicular insuficiente y los tomates presentaban unas marcas negras debidas a la falta de calcio, problema localmente denominado como “la peseta” (también podredumbre raticular). Estos inconvenientes han supuesto un reto en el diseño del esquema de irrigación del segundo año y nos ha permitido poner a prueba la capacidad del sistema para automatizar esquemas de riego más complejos y verificar la capacidad de la tecnología para adaptarse a las necesidades particulares del terreno.

Nuevos sensores se han instalado con objeto de tener un mayor control sobre la humedad, pH y contenido de nutrientes del suelo, y se ha diseñado un nuevo esquema de irrigación con más ciclos de regadío en tiempos más cortos. También se han incrementado el número de análisis para tener unos resultados más consistentes. Por tanto, se trata de un año prometedor en el que esperamos poner a punto la tecnología y recabar datos para un análisis completo con los que podamos seguir mejorando en el desarrollo de una tecnología más competitiva.